Cada año durante los meses de diciembre y enero tengo la tonta ilusión de que me regalen un calendario chino cuando voy a un restaurante. Lo cierto es que es una lotería porque hay cada diseño que tira para atrás... Aunque ha habido años que el dibujo ha sido bonito. Bueno, como el que me han regalado del 2013 no es muy hermoso que digamos, el otro día se me ocurrió una forma rápida, barata y funcional para personalizarlo y darle un toque especial y único. Hice la prueba con un calendario viejo, por si acaso me salía mal. Se trata de cubrir con pintura blanca las partes que no nos gusten para luego decorarlo a nuestro gusto, bien pintándolo o pegando fotos, notas, etc. Yo lo pinté con pintura acrílica mate y con pincel porque es lo que tenía a mano, pero creo que con pintura en spray quedaría mejor y es más rápido. Hay que dejar secar unas 24h para asegurarnos.
Si tenéis niños pequeños en casa seguro que les encantaría disponer de un lienzo en blanco para poder dar rienda suelta a su creatividad. Este tipo de calendario ya lo he reciclado antes. Simplemente se trata de colgarlo del revés, y utilizarlo como expositor de pendientes. Están a la vista, sin enredarse y siempre a mano. Yo no lo customicé, pero perfectamente se puede pintar con pintura en spray o incluso decorarlo con washi tape, o escribir mensajes.
Ahora que se acerca San Valentín desde luego es un regalo muy especial, hecho a mano, lleno de amor, facilísimo y súper mono!
Bueno, espero que os haya gustado, y sobre todo, que os haya inspirado :)